Concierto 17 abril: «Noches en los jardines de España» de Falla

Concluimos nuestro recorrido por el programa del concierto del 17 de abril en la Sala Sinfónica del Auditorio Nacional, y hoy nos detenemos en «Noches en los jardines de España» de Falla.

 

Este será el programa completo:

 

Ravel: La Valse

Rodrigo: Concierto de Aranjuez

Ravel: Bolero

Falla: Noches en los jardines de España

Falla
Noche en los jardines de España

 

Manuel de Falla se propuso en 1909 escribir una serie de nocturnos para piano solo, pero el pianista Ricardo Viñes, con quien trabó en París gran amistad, le convenció para que compusiera con ese material una obra para piano y orquesta, de donde surgen estas fantásticas Noches en los jardines de España, que acaba en 1916 y estrena el 9 de abril de tal año en el Teatro Real de la capital de España, con la Orquesta Sinfónica de Madrid dirigida por Enrique Fernández Arbós.

 

Realmente no se sabe de dónde procede el soplo personal o el estímulo artístico para afrontar esta obra, aunque algunos han supuesto que pudo influir la estancia en la casa del pintor Santiago Rusiñol en Sitges y su serie de cuadros Jardines de España, pero no hay uniformidad de criterio al respecto, pues parece que esta estancia es posterior a los inicios de la composición. En todo caso, este poema sinfónico —“impresiones sinfónicas” consideró el autor, que subtitula la obra como “Tres impresiones sinfónicas para piano y orquesta”— consta de tres partes o jardines: I. En el Generalife . II. Danza lejana. III. En los jardines de la sierra de Córdoba. Y estaba destinada la obra a albergar un cuarto movimiento, un nocturno gaditano, pero al final lo desechó Falla y lo incluyó en El amor brujo.

 

La partitura orquestal es riquísima y muy bella la resolución pianística. Falla aprehende el espíritu musical andaluz en una obra impresionista de gran altura —engarza las tres partes a la manera de Debussy—, llena de fantasía, de claridad y de enigma, vinculando lo andaluz con lo universal, sin estrechez de miras localistas. El propio Falla escribe que el propósito era la evocación de lugares y sentimientos y que se ampara en ritmos, cadencias y modos de música andaluza sin tomarlos en su forma original, evocando, sí, la música y el alma popular. Y en el programa de mano del estreno afirmó el compositor: “téngase presente que la música de estos nocturnos no pretende ser descriptiva, sino simplemente expresiva, y que algo más que rumores de fiestas y de danzas ha inspirado estas evocaciones sonoras, en las que el dolor y el misterio tienen también su parte”.

 

La obra funde una nostalgia elegante con un dramatismo variable entre lo voluptuoso y lo conmovedor, concilia lo turbulento con lo sereno y, en fin, goza de una absoluta intensidad artística.

 

Imprescindible para:

 

  • Disfrutar la magia de una de las páginas más iluminadas de la música española.
  • Entender que el origen propio no menoscaba la calidad y la internacionalidad del arte musical.
  • Penetrar en la reelaboración artística de la base musical folclórica.